En el año 1987 comencé mi carrera profesional en Ávila. Tras un par de años conociendo la provincia y su fauna me di cuenta de que tenía la posibilidad de realizar una experiencia con la que siempre había soñado, la gestión de poblaciones cinegéticas, gestión que, en este caso sería completa, pues comenzaría con la reintroducción de esas especies en sus antiguos hábitats.
Tuve la inmensa suerte de poder hacerme cargo de un monte que después me permitiría realizar mis sueños, el Valle de Iruelas.
El Valle de Iruelas es un espacio de singular valor, tanto faunístico, como florístico, situado en la vertiente norte del denominado Macizo Oriental de la Sierra Gredos. Su superficie es de 5.575 hectáreas, que se reparten entre los términos municipales de El Barraco y Navaluenga. Este monte, único en esta provincia, sería declarado, años después, Reserva Natural por la Junta de Castilla y León, por albergar, en los años noventa, la segunda mayor colonia de buitre negro de España.
La fisiografía del terreno es abrupta. Su cota máxima, 1.950 m. (Cerro de la Escusa) se encuentra en la divisoria de aguas de los valles del Tiétar y Alberche, que constituye el límite Sur del monte. Desde ella se suceden laderas de pendiente acusada hasta su cota inferior, 726 m, en el Embalse del Burguillo, que delimita el monte por el Norte.
Tuve la inmensa suerte de poder hacerme cargo de un monte que después me permitiría realizar mis sueños, el Valle de Iruelas.
El Valle de Iruelas es un espacio de singular valor, tanto faunístico, como florístico, situado en la vertiente norte del denominado Macizo Oriental de la Sierra Gredos. Su superficie es de 5.575 hectáreas, que se reparten entre los términos municipales de El Barraco y Navaluenga. Este monte, único en esta provincia, sería declarado, años después, Reserva Natural por la Junta de Castilla y León, por albergar, en los años noventa, la segunda mayor colonia de buitre negro de España.
![]() |
Plano de situación del Valle de Iruelas |
La vegetación arbórea cubre el 75% de su superficie.
Predominan las coníferas, siendo el pino negral, el más representado, seguido del P. sylvestris, pino de Valsaín. Mezclado con los dos anteriores aparece el Pinus nigra, laricio o cascalvo. Entre los tres ocupan el 60% ede la superficie arbolada.Tras ellos aparecen el roble, o rebollo, el más abundante entre las frondosas, el castaño, el aliso, que forma bosques de galería muy bien conservados y el fresno, distribuido profusamente por todo el monte. La encina, aparece en las zonas más bajas acompañada por el enebro. También viven el tejo, del que existen ejemplares muy longevos y el acebo. Hay algunos pequeños pastizales de alta montaña, y las zonas situadas por encima de la vegetación arbórea sustentan una denso matorral de piorno serrano y cambriones.
Predominan las coníferas, siendo el pino negral, el más representado, seguido del P. sylvestris, pino de Valsaín. Mezclado con los dos anteriores aparece el Pinus nigra, laricio o cascalvo. Entre los tres ocupan el 60% ede la superficie arbolada.Tras ellos aparecen el roble, o rebollo, el más abundante entre las frondosas, el castaño, el aliso, que forma bosques de galería muy bien conservados y el fresno, distribuido profusamente por todo el monte. La encina, aparece en las zonas más bajas acompañada por el enebro. También viven el tejo, del que existen ejemplares muy longevos y el acebo. Hay algunos pequeños pastizales de alta montaña, y las zonas situadas por encima de la vegetación arbórea sustentan una denso matorral de piorno serrano y cambriones.
Vista hacia el Pantano del Burguillo |
![]() |
Cerro de La Escusa y Garganta de Iruelas |
actualidad. También viven especies emblemáticas como el águila imperial ibérica y el águila real y otras rapaces, diurnas y nocturnas, tales como águila calzada, águila culebrera, halcón abejero, las tres visitantes estivales, azor, gavilán, cernícalo vulgar, ratonero común, buho real, cárabo, autillo, mochuelo, así como infinidad de otras aves protegidas.
Cuando conocí el Valle ya me imaginé lo que se podría hacer en ese espacio virgen de fauna cinegética, pues sólo había jabalí, pero con unas condicones óptimas para el desarrollo de florecientes poblaciones de cérvidos. Así pues, en el año 1990 nos pusimos en marcha. Siempre hablaré en este y otros artícuilos que vengan, de reintroducción, pues de eso se ha tratado, de volver a ltraer a este monte una especie que lo pobló al menos hata finales del siglo XIX. En efecto, en la Primera Ordenación Forestal del monte, realizada en 1886 se citan los corzos y las cabras monteses, como presentes en el Valle en esos días. Después de esa cita se desconoce cuando pudo desaparecer, aunque tras la guerra civil ya no existía, pues no se recoge en las sucesivas revisones de la Ordenación Forestal.
La reintroducción del corzo comenzó con la construcción de un cercado de aclimatación, de ochenta y siete hectáreas de superficie, en la zona conocida por El Escaramujal. El cercado dispone en su interior de agua, abundante durante todo el año, y comida, pues la vegetación existente es muy variada, con pinos, rebollos, que proporcionan abundante bellota y ramón, fresnos, escaramujos, tan apetecibles para los corzos, y zarzas. También existen en el interior del cercado tres pequeñas praderas que se han ido sembrando desde aquel momento hasta el presente.
![]() |
Roble del interior del cercado |
![]() |
Otra vista desde el cercad |
La población de corzos en el cercado fue seguida, desde su suelta en el mismo, por el autor de este artículo con la ayuda de la guardería forestal del monte, Cándido Martín al principio y hasta el presente y Marcelino Herrero, que llegó después al valle y continúa también aquí. De esa manera se pudieron determinar las parejas que admitía el cercado, así como el crecimiento anual de la población. La población máxima que admitía el cercado era de cuatro a cinco machos territoriales, con una o dos hembras cada uno, lo que permitía unas extracciones anuales de unos doce animales.
Comedero para corzos del cercado |
Tras esta segunda extracción de corzos, con el traslado del autor a otros montes de la provincia de Ávila, no se produjo ninguna más, si bien, la guardería forestal del monte, con buen criterio, ha permitido escapar algunos animales al exterior del cercado, para evitar superpoblaciones. Aunque esa suelta se haya hecho indiscriminadamente, gracias a ella el cercado ha persistido hasta el momento actual. Desde el año 1996 hasta el año 2003, se soltaron al exterior del cercado no menos de cuarenta animales, si bien no es posible saber a ciencia cierto su sexo y edad, pues no se han capturado sino que han salido por las aberturas dejadas en la malla y lo único que se ha ido conociendo era la población que iba quedando, nunca la que había salido al exterior.
Marcaje y toma de muestras de sangre antes de la suelta |
![]() |
Suelta de los corzos en el cercado |
![]() |
Redes tendidas para la captura |
Debido a esa pérdida de corzos, no se han podido hacer capturas de corzos para su suelta al exterior los tres años siguientes, si bien ya en 2007 se han dejado salir fuera nueve corzos, dos machos y siete hembras, todos crías de esos años, con el fin de reducir la población para hacer nuevos trabajos en el cercado. Así, ese año se procedió a una renovación del cercado, dividiéndole en dos más pequeños, para facilitar la gestión y sobretodo, las capturas.
En la actualidad el cercado se sigue gestionando por los técnicos de la sección Territorial Tercera, del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Ávila, con la inestimable ayuda de los agentes medioambientales del monte.
Las poblaciones del corzo del Valle, fuera del cercado, han ido creciendo poco a poco, comenzándose a cazar en el año 2005, en el que se abate un corzo medalla de bronce. En los años siguientes se han ido cazando uno o dos ejemplares anuales, si bien ninguno ha alcanzado una puntuación suficiente para ser medallable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario