EL CORZO Y SU SANTA MADRE

Página dedicada al corzo, su vida y avatares. También a narrar las satisfacciones que nos reporta a los que disfrutamos con la gestión de sus poblaciones, contemplando sus espantadas por el monte, o intentando darle caza de vez en cuando.

30 de mayo de 2011

LA REINTRODUCCIÓN DEL CORZO AL SUR DE ÁVILA. 2

El Colmenar desde Orzaduero
 Como esta tarde estoy en casa viendo llover, he decidido continuar con el blog y así recuperar las entradas que he dejado de publicar en este mes. Continuaré en esta entrada con el relato de cómo hicimos la reintroducción del corzo en la Sierra de Gredos, refiriéndome ahora a la construcción de un nuevo cercado de aclimatación próximo al Puerto del Pico, para ir extendiendo los corzos hacia el Macizo Central de Gredos.   
La segunda de las reintroducciones fue realizada en el monte “ El Colmenar “, propiedad de la Junta de Castilla y León, situado en la cabecera del Valle del Alberche, a la altura del Puerto del Pico, en el año 1995.
El monte El Colmenar junto con el denominado Orzaduero, también propiedad de la Junta de Castilla y León, del que le separa la carretera N-502, constituyen en conjunto un núcleo de 3.500 hectáreas. Están poblados por pino silvestre, procedente de repoblaciones, piornales y cambronales y praderas. En los arroyos proliferan sauces y serbales, además de algunos abedules, también plantados. Los dos montes forman el Coto Regional de Caza de Orzaduero y Colmenar.
Cercado de El Colmenar. Puesto de observación
En este caso, los corzos fueron soltados en un cercado de aclimatación de 145 hectáreas que, teniendo en cuenta la experiencia del Valle de Iruelas, se dividió en cuatro subcercados. El cercado está poblado en un ochenta por ciento de su superficie por pino silvestre de unos cincuenta años de edad, un diez por ciento lo forman praderas y el resto matorral. Está surcado por dos arroyos, uno de ellos de carácter permanente.
El hábitat para el corzo es menos afable que el del cercado del Valle de Iruelas, por lo que, a pesar de su mayor superficie, casi el doble, se instalaron en él un número similar de machos territoriales al de aquel.
Así pues, una vez aprobada la reintroducción del corzo, se procedió a la suelta, siendo los primeros en soltarse los procedentes del Valle de Iruelas, como ya quedó reseñado en la anterior entrada del blog sobre este asunto. Durante los años 1995, 1996 y 1997 se soltaron un total de veintiséis corzos, catorce machos y doce hembras.
Una nevada en El Colmenar
Debido a las fuertes nevadas del mes de enero de 1996, que cubrieron el cercado con más de dos metros de nieve tapando completamente la malla cinegética que lo cierra, prácticamente todos los corzos escaparon fuera y se distribuyeron por la zona. 
A raiz de esa huida, comenzaron a verse corzos por Navarredonda de Gredos, Hoyos del Espino, Hoyocasero y otras localidades de los valles del Alberche y Tormes. En muchos de esos pueblos se están cazando ya los corzos, obteniéndose buenos trofeos, como siempre ocurre cuando una especie llega a un terreno virgen para ella. 
Esta expansión por los valles citados, más la que ha tenido lugar a todo lo largo del Valle del Tiétar, claramente procedentes de los dos cercados instalados en Valle de Iruelas y El Colmenar, ayudados por alguna suelta en finca privada de Madrid, será objeto de otra entrada del blog, más adelante. En esa entrada también se comentará la expansión natural, desde las sierras de Guadarrama y Béjar, de las poblaciones de corzo, que están poblando ya todo el centro de la provincia de Ávila.
Cercado de El Colmenar. Comedero
Esas huidas del cercado, aunque en menor medida, han ido ocurriendo casi todos los inviernos, pues las nevadas propician que haya frecuentes caídas de ramas, incluso árboles, sobre la malla, produciéndose portillos, que no es posible reparar al momento. Por ello, en este cercado no se han realizado sueltas, como tales, sino que se han ido contabilizando las existencias tras el invierno, comprobando lo que ha escapado.
El cercado, aunque sigue existiendo, actualmente está en desuso. Sin embargo, la misión para la que fue creado, ser foco de irradiación de animales por la zona, la ha cumplido muy satisfactoriamente. 
Los primeros animales escapados, los de 1996 han dado lugar a una floreciente población de animales que ha permitido su caza ordenada desde el año 2005, en el que se abatió el primer ejemplar, cuya medición dio 106 puntos fiscales de la Junta de Castilla y León. Esa medición, como se sabe, no es comparable con la CIC, pero da idea de la calidad de los trofeos. Por el baremo establecido, esa puntuación hace que el trofeo obtenga medalla de bronce.
Corzo cazado en 2006. 121 puntos JCYL
A raiz de esa huida, comenzaron a verse corzos por Navarredonda de Gredos, Hoyos del Espino, Hoyocasero y otras localidades de los valles del Alberche y Tormes. En muchos de esos pueblos se están cazando ya los corzos, obteniéndose buenos trofeos, como siempre ocurre cuando una especie llega a un terreno virgen para ella. 
Corzo de 109 puntos CIC
Esta expansión por los valles citados, más la que ha tenido lugar a todo lo largo del Valle del Tiétar, claramente procedentes de los dos cercados instalados en Valle de Iruelas y El Colmenar, ayudados por alguna suelta en finca privada de Madrid, será objeto de otra entrada del blog, más adelante. En esa entrada también se comentará la expansión natural, desde las sierras de Guadarrama y Béjar, de las poblaciones de corzo, que están poblando ya todo el centro de la provincia de Ávila.
Corzo cazado en 2011. No homologado.
           Desde ese año, se ha venido cazando el corzo en el Coto Regional obteniéndose algunos buenos trofeos, siendo la máxima puntuación obtenida 121 puntos fiscales de un corzo cazado en 2006. Se han cazado diez corzos hasta el momento, de los que tres han sido medallas, los dos reseñados y otro cazado el año 2008, bronce CIC, con 109 puntos. 
         El día 28 de julio de 2009, el Coto Regional se vio afectado por el inmenso incendio forestal, que se inició en el término municipal de Arenas de San Pedro, en el Valle del Tiétar y saltando la cuerda, que cosntituye la divisoria de aguas entre ese río y el río Alberche, penetró en Orzaduero, esa misma noche, abrasando más de 500 hectáreas de este monte. 
        Transcurridos dos años desde ese aciago día, la zona incendiada se está recuperando con repoblaciones forestales, que se pretende alcancen a la totalidad de la superficie quemada en los próximos años. 
Orzaduero antes del incendio de 2009
        Entretanto, al acotarse al ganado la zona quemada, la fauna silvestre presente, que no está representada únicamente por el corzo, sino también por la cabra montés, el ciervo y el jabalí, gozará de mayor tranquilidad durante muchos años, seguramente no menos de veinte. Esto propiciará que los daños producidos por el incendio en la fauna silvestre, por pérdida de refugios y comida y la consiguiente desaparición de esa zona de los animales presentes antes, se verán compensados, a la larga, por la mayor variedad de comida presente, al tener que realizarse un laboreo del terreno previo a las plantaciones y la existencia de refugios  tranquilos y alejados del ganado.
       Los trabajos relatados en esta entrada y en la que se refería al Valle de Iruelas no hubieran sido posibles sin la colaboración, entusiasmo e interés que pusieron todos los celadores y agentes medioambientales, que personifico en Pedro Pérez, mi amigo de Menga, que aún continúa a cargo del Coto Regional, esperemos que por muchos años. 
 
Panorámica desde el Puerto del Arenal, antes del incendio
          

29 de mayo de 2011

COMIENZA UNA NUEVA TEMPORADA

     Ha pasado casi un mes desde la última entrada y mi propósito inicial de escribir una vez a la semana, al menos, no ha podido cumplirse. Aunque para no escribir me ha ayudado una enorme tormenta, que me ha dejado colgado sin teléfono, ni internet claro, durante una semana, lo cierto es que lo que realmente ha impedido la continuidad que yo mismo me marqué, es el comienzo de mi temporada corcera en este mes de mayo.  
     Como ya comenté en otra entrada del blog, cuando ya no lo esperaba, recibí una llamada del Secretario del Asocio de Ávila preguntándome si me interesaban los corzos de la Sierra de Ávila. Quedamos para después de Semana Santa y así, a primeros de mayo, nos encaminamos Ambrosio y yo a las oficinas del Asocio donde realizamos el papeleo y nos dieron los precintos y la autorización de caza.
     Son dos corzos los que se pueden cazar, si bien uno será selectivo. En principio, a Ambrosio le he dejado el trofeo y yo me he quedado con el selectivo, pues yo dispondré de mucho más tiempo que él para buscar un corzo viejo o malo pero, lo más seguro, es que al final sea la suerte la que decida a que disparamos cada uno.
     El día en el que fuimos al Asocio dimos luego una vuelta por el coto, para que se fuese haciendo una idea del terreno que cazaremos, pero teníamos que volver temprano a Ávila y no vimos nada, excepto una jabalina con rayones, en unas praderas en Las Meneas, uno de los cuarteles de pastos del monte.
Panorámica del Pinar Viejo
     El cazadero es muy variado, pues el monte tiene casi siete mil hectáreas de superficie, de las que unas dos mil están repobladas, fundamentalmente con pino silvestre, o Valsaín, de edades muy variadas, pues las primeras datan de finales de los años cincuenta, estando realizándose las últimas ahora mismo. La vegetación que puebla el resto de la superficie es la típica de alta montaña de Gredos, matorrales de piornos y cambriones, enebro rastrero por doquier y grandes praderas en todas las zonas más llanas y las vaguadas. Estamos en alta montaña, pues la altitudes del monte van desde los 1.180 metros en su entrada llegando desde Sotalbo, hasta los 2.158 metros del Pico Zapatero, que puedo asegurar que ya se llamaba así antes, máxima altura de esta sierra.Todo el monte está en el término municipal de Sotalvo, extendiéndose desde el Puerto de Menga hasta el Puerto de Navalmoral, sobrepasando incluso éste último, llegando hasta lindar con el término de San Juan de la Nava. El camino que une ambos puertos, o camino principal del monte tiene más de veinticinco kilómetros.
Arroyo del Búho
     El monte creo que está dividido en siete cuarteles de pastos, que se abren a primeros de mayo, excepto el llamado Cuartel Libre, en el que el ganado puede estar todo el año. Este cuartel está  próximo a Sotalvo y deben ser sus vecinos los que tiene allí sus ganados. Cada cuartel está cerrado perimetralmente con alambre de espino, que impide el paso al ganado pero no a la fauna silvestre. Las repoblaciones están acotadas al ganado excepto el llamado Pinar Viejo, dentro del Cuartel Libre y que es la repoblación más antigua.
El Picuezo
     Después de dar unas pinceladas de como es el monte, tengo que decir que en lo que se refiere a los corzos, casi todo el mundo que anda por allí, ya sean agentes medioambientales o el guarda del Asocio, o personas que han ido a correr por él, ya andando o en bicicleta, hablan de ellos, pero los han visto pocas veces y casi siempre en el Pinar Viejo y aledaños, como el Río Picuezo. Del resto del monte, excepto Marcial, el guarda del Asocio, casi nadie me ha indicado haberlos visto alguna vez y éste último me ha hablado que en Las Meneas hay alguno y también por la entrada al monte viniendo desde Mironcillo, precisamente un paraje con una toponimia esclarecedora, Las Corzas.
    Pues bien, desde que nos dieron los precintos he ido yendo alguna tarde y varias mañanas a dar vueltas por el monte, intentando conocer mejor sus accesos y sus distintas zonas e ir fijando los corzos que voy observando, pues me he propuesto no disparar hasta que Ambrosio pueda venir a cazar.
Pico Zapatero
     Para evitar tentaciones, decidí no llevarme el rifle, pero ya al tercer día pensé que estos animalitos son tan esquivos y tan desconcertantes, que más valía llevarme el arma, no fuera a ver algún corzo bueno y luego me tirase de los pelos. Afortunadamente no se ha presentado la ocasión, aunque hoy ha estado cerca, pero he pensado en poner, al corzo visto esta mañana, un cartel que diga "Ambrosio" y esperar que venga a buscarle, si es que luego lo encontramos.
     He ido ya cuatro mañanas, estando allí al ser de día, y cuatro o cinco tardes, en las que, a pesar de quedarme hasta el anochecer, no he localizado nada, excepto dos animales, uno hembra y el otro no lo sé, pues no le vi ni el culo, corriendo entre el pinar. Las mañanas no han sido mucho más fructíferas, pero, al menos, lo que he visto lo ha sido tranquilamente, con el telescopio incluso, pudiendo contar hasta las puntas de la cuerna. A día de hoy he localizado tres machos, dos de ellos tirables, dos hembras y el que no he identificado. También me han ladrado otra tarde en una zona de pinar, pero no se qué o cuantos. La media no es ni de un corzo por día, pero bueno, ya iré conociendo mejor el monte.
Las Meneas
     Al haber entrado el ganado justo ahora en todos los cuarteles menos en el libre, habrán movido los corzos que hubiera y ahora es difícil ver algo, excepto en las zonas acotadas, las repoblaciones, que es donde estoy centrando mi búsqueda. Rastros si que encuentro en las zonas a las que estoy yendo.
      Al ir sabiendo la gente que ando buscando corzos, me van diciendo si ven alguno y en la última semana he ido con Pedro Pérez, mi amigo el celador, al que llamaré Pedro Menga, como le conoce todo el mundo por el servicio, a buscar una pareja que habían visto salir encima de la Fuente del Puerto de Menga. No los vimos, pero si vi unas zonas que yo no conocía que he visto que son ideales para los corzos, en donde ya vi rastros y dos machos distintos, uno pequeño, en dos días distintos. Con Pedro quiero quedar esta semana una tarde para que me enseñe la entrada a otra zona del monte en la que han visto, también hace unos días otra pareja.    
     En fin, poco a poco. la cosa es ir viendo y conociendo y cuando venga Ambrosio, que espero que sea esta semana, haremos los primeros recechos. Ya veremos como resultan.

2 de mayo de 2011

VALSEMANA 2

     Escribía en una entrada anterior sobre Valsemana. Tengo que decir aquí, que me resisto todavía a escribir "post", que parece ser el nombre con el que, en la mayoría de los blogs que veo, se designa a cada uno de los escritos que se publican. En fin, continúo con Valsemana.
     Decía entonces que habiendo estado en Valsemana, había visto la ingente obra que Juan Carlos, Cesar y sus colaboradores habían hecho en ese monte. En esa entrada me referí fundamentalmente a la gestión que realizan para tener un centro de captura de corzos en vivo, que seguro es un referente para toda la España corcera aunque, por desgracia, no es demasiado conocido.
Vista de la sala dedicada a las edades de los corzos
     Hoy voy a comentar el otro, para mí, gran logro de Juan Carlos y sus chicos. La creación en Valsemana de un museo de fauna y dentro de éste, la colección de trofeos de corzo, y que para los que nos entusiasma el corzo, suponen una constatación de lo poco que conocemos de este pequeño cérvido.
     Esta obra de años, muchos años, la han podido presentar ahora por medio de grandes paneles en los que están colocados los trofeos agrupados por edades. Esas edades se han obtenido de dos formas. En los trofeos encontrados muertos en las reservas, o fuera de los cercados de Valsemana, por medio de una datación al microscopio, contando las capas de dentina. Se cuentan las capas como si de los anillos de un árbol se tratase. Este método es completamente fiable, aunque tiene como inconveniente su coste. Los trofeos de los corzos que se encuentran muertos en Valsemana y sus desmogues, son fácilmente datables, pues se conoce su edad al ser ya  muchos los años que este centro lleva funcionando.
Paneles de uno y dos años
     Mirando detenidamente la exposición nos daremos cuenta que muchos de los conocimientos que creemos tener asentados respecto de los corzos, no son sino teorías que, a fuerza de ser repetidas por unos y otros, parecen la biblia corcera. Sin embargo con la simple contemplación de los paneles, se desmontan algunas de estas teorías de un plumazo.
    Los paneles van desde uno a siete o más años. Hay tanta variabilidad en los trofeos que hay corzos ya completos con un año y corzos de seis o más años ya degenerados y con varetas. Esto último es más conocido y habitual, pero lo primero sólo es posible saberlo o bien tras muchos años de andar tras los corzos por el monte, o con el seguimiento que se ha hecho de las poblaciones de corzo en Valsemana. Algunos de los trofeos de un año aquí expuestos serían cazados sin ningún problema por corceros veteranos, sin pensar en que estarían cometiendo un error imperdonable, al disparar sobre animales muy jóvenes y con gran futuro.
Otra vista de la sala
     Los estudios que podrían realizarse sobre la ingente cantidad de trofeos que tienen, tanto expuestos como almacenados, a la espera de poder colocarlos en las distintas salas del museo, permitirían un conocimiento empírico del desarrollo de la cuerna del corzo, mientras que ahora sólo tenemos retazos por publicaciones dispersas, siendo las teorías antes comentada la realidad más generalizada sobre este cérvido.
Otra sala con la corza manchada y varios lobos
    Además de los trofeos de corzos, en Valsemana disponen de otros tantos trofeos de venado y de rebecos y rebecas. Ya van exponiendo algunas cuernas de venado defectuosas, lo que podría ser el inicio de un buen museo teratológico del ciervo. 
     También disponen de una cantidad considerable de trofeos de rebecos, pues por desgracia la sarna lleva asentada años en Picos de Europa.
     El museo se va completando poco a poco, por la propia iniciativa de los que lo han creado y lo mantienen y dispone también de algunos animales disecados de diversos orígenes, entre los que destacan, a mi juicio, un diorama  de rebecos y una corza con manchas blancas.
Diorama con los rebecos, instalándose.
    Finalmente, en Valsemana continúan con el criadero de mastín leonés, tan importante para acompañar a los rebaños de ovejas en zonas loberas y con el criadero de perros rastradores de raza teckel, que luego reparten entre los celadores de las reservas, para que les ayuden en sus tareas de cobro de animales heridos.
    En fin, una labor callada pero muy importante que es necesario que salga a la luz y pueda ser aprovechada por investigadores, pero también para la educación ambiental entre los jóvenes y contribuir a mejorar la imagen que la sociedad tiene de los cazadores y de todo lo relacionado con la caza.
    Esperemos que así vaya ocurriendo.
    Una vez editada esta entrada me ha enviado Juan Carlos fotos de las salas de Valsemana ya montadas. Para no modificar lo escrito, inserto el enlace en el que se pueden ver.
Fotos actuales