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El Colmenar desde Orzaduero |
La segunda de las reintroducciones fue realizada en el monte “ El Colmenar “, propiedad de la Junta de Castilla y León, situado en la cabecera del Valle del Alberche, a la altura del Puerto del Pico, en el año 1995.
El monte El Colmenar junto con el denominado Orzaduero, también propiedad de la Junta de Castilla y León, del que le separa la carretera N-502, constituyen en conjunto un núcleo de 3.500 hectáreas. Están poblados por pino silvestre, procedente de repoblaciones, piornales y cambronales y praderas. En los arroyos proliferan sauces y serbales, además de algunos abedules, también plantados. Los dos montes forman el Coto Regional de Caza de Orzaduero y Colmenar.
Cercado de El Colmenar. Puesto de observación |
El hábitat para el corzo es menos afable que el del cercado del Valle de Iruelas, por lo que, a pesar de su mayor superficie, casi el doble, se instalaron en él un número similar de machos territoriales al de aquel.
Así pues, una vez aprobada la reintroducción del corzo, se procedió a la suelta, siendo los primeros en soltarse los procedentes del Valle de Iruelas, como ya quedó reseñado en la anterior entrada del blog sobre este asunto. Durante los años 1995, 1996 y 1997 se soltaron un total de veintiséis corzos, catorce machos y doce hembras.
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Una nevada en El Colmenar |
A raiz de esa huida, comenzaron a verse corzos por Navarredonda de Gredos, Hoyos del Espino, Hoyocasero y otras localidades de los valles del Alberche y Tormes. En muchos de esos pueblos se están cazando ya los corzos, obteniéndose buenos trofeos, como siempre ocurre cuando una especie llega a un terreno virgen para ella.
Esta expansión por los valles citados, más la que ha tenido lugar a todo lo largo del Valle del Tiétar, claramente procedentes de los dos cercados instalados en Valle de Iruelas y El Colmenar, ayudados por alguna suelta en finca privada de Madrid, será objeto de otra entrada del blog, más adelante. En esa entrada también se comentará la expansión natural, desde las sierras de Guadarrama y Béjar, de las poblaciones de corzo, que están poblando ya todo el centro de la provincia de Ávila.
Cercado de El Colmenar. Comedero |
El cercado, aunque sigue existiendo, actualmente está en desuso. Sin embargo, la misión para la que fue creado, ser foco de irradiación de animales por la zona, la ha cumplido muy satisfactoriamente.
Los primeros animales escapados, los de 1996 han dado lugar a una floreciente población de animales que ha permitido su caza ordenada desde el año 2005, en el que se abatió el primer ejemplar, cuya medición dio 106 puntos fiscales de la Junta de Castilla y León. Esa medición, como se sabe, no es comparable con la CIC, pero da idea de la calidad de los trofeos. Por el baremo establecido, esa puntuación hace que el trofeo obtenga medalla de bronce.
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Corzo cazado en 2006. 121 puntos JCYL |
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Corzo de 109 puntos CIC |
Corzo cazado en 2011. No homologado. |
Desde ese año, se ha venido cazando el corzo en el Coto Regional obteniéndose algunos buenos trofeos, siendo la máxima puntuación obtenida 121 puntos fiscales de un corzo cazado en 2006. Se han cazado diez corzos hasta el momento, de los que tres han sido medallas, los dos reseñados y otro cazado el año 2008, bronce CIC, con 109 puntos.
El día 28 de julio de 2009, el Coto Regional se vio afectado por el inmenso incendio forestal, que se inició en el término municipal de Arenas de San Pedro, en el Valle del Tiétar y saltando la cuerda, que cosntituye la divisoria de aguas entre ese río y el río Alberche, penetró en Orzaduero, esa misma noche, abrasando más de 500 hectáreas de este monte.
Transcurridos dos años desde ese aciago día, la zona incendiada se está recuperando con repoblaciones forestales, que se pretende alcancen a la totalidad de la superficie quemada en los próximos años.
Orzaduero antes del incendio de 2009 |
Entretanto, al acotarse al ganado la zona quemada, la fauna silvestre presente, que no está representada únicamente por el corzo, sino también por la cabra montés, el ciervo y el jabalí, gozará de mayor tranquilidad durante muchos años, seguramente no menos de veinte. Esto propiciará que los daños producidos por el incendio en la fauna silvestre, por pérdida de refugios y comida y la consiguiente desaparición de esa zona de los animales presentes antes, se verán compensados, a la larga, por la mayor variedad de comida presente, al tener que realizarse un laboreo del terreno previo a las plantaciones y la existencia de refugios tranquilos y alejados del ganado.
Los trabajos relatados en esta entrada y en la que se refería al Valle de Iruelas no hubieran sido posibles sin la colaboración, entusiasmo e interés que pusieron todos los celadores y agentes medioambientales, que personifico en Pedro Pérez, mi amigo de Menga, que aún continúa a cargo del Coto Regional, esperemos que por muchos años.
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Panorámica desde el Puerto del Arenal, antes del incendio |